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domingo, 7 de noviembre de 2010

Fragmentos



Extractos de SAUSSURE,F. (1916): Curso de lingüística general [Alianza ed., Madrid 1987]


Sincronía - diacronía

Lo primero que sorprende cuando se estudian los hechos de lengua es que para el sujeto hablante su sucesión es inexistente: el hablante está ante un estado. Así el lingüista que quiere comprender ese estado tiene que hacer tabla rasa de todo lo que lo ha producido y desentenderse de la diacronía. nunca pordrá entrar en la conciencia de los sujetos hablantes más que suprimiendo el pasado. La intervención de la historia sólo puede falsear su juicio. [Parte I; cap. III; § 2; p. 106]


Lengua - habla

Si pudiéramos abarcar la suma de las imágenes verbales almacenadas en todos los individuos, entonces toparíamos con el lazo social que constituye la lengua. Es un tesoro depositado por la práctica del habla en los sujetos que pertenecen a una misma comunidad, un sistema gramatical virtualmente existente en cada cerebro o, más exactamente en los cerebros de un conjunto de individuos, pues la lengua no está completa en ninguno, no existe perfectamente más que en la masa. (...) Al separar la lengua del habla se separa a la vez: 1º lo que es social de lo que es individual; 2º lo que es esencial de lo que es accesorio y más o menos accidental. [Intr.; cap. III; § 2; pp. 29-30]


El signo lingüístico

Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombrem sino un concepto y una imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos; esa imagen es sensorial, y si llegamos a llamarla "material" es solamente en este sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto. (...)
El signo lingüístico es, pues, una entidad psíquica de dos caras, que puede representarse por la siguiente figura:
 


Estos dos elementos están íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente. (...)
Esta definición plantea una importante cuestión de terminología. Llamamos signo a la combinación del concepto y de la imagen acústica: pero en el uso corriente este término designa generalemente la imagen acústica sola, por ejemplo una palabra. Se olvida que si llamamos signo a <una palabra> no es más que gracias a que conlleva el concepto, de manera que la idea de la parte sensorial implica la del conjunto.
La ambigüedad desaparecería si designáramos las tres nociones aquí presentes por medio de nombres que se relacionen recíprocamente al mismo tiempo que se opongan. Y proponemos conservar la palabra signo para designar el conjunto y reemplazar concepto e imagen acústica respectivamente con significado y significante.


Arbitrariedad del signo lingüístico

El lazo que une el significante al significado es arbitrario; o bien, puesto que entendemos por signo el total resultante de la asociación de un significante con un significado, podemos decir más simplemente: el signo lingüístico es arbitrario.
Así, la idea de sur no está ligada por relación alguna interior con la secuencia de sonidos s-u-r que le sirve de significante; podría estar representada tan perfectamente por cualquier otra secuencia de sonidos. Sirvan de prueba las diferencias entre las lenguas y la existencia misma de lenguas diferentes: el significado "buey" tiene por significante [bwei] a un lado de la fontera franco-española y [böf] (boeuf) al otro, y al otro lado de la frontera francogermana es [oks] (Ochs) [Parte I; cap. I; § 2; p. 90]


Arbitrariedad absoluta y arbitrariedad relativa

El principio fundamental de lo arbitrario del signo no impide distinguir en cada lengua lo que es radicalmente arbitrario, es decir, inmotivado, de lo que no lo más que relativamente. sólo una parte de los signos son absolutamente arbitrarios; en otros interviene un fenómeno que permite reconocer grados en lo arbitrario sin suprimirlo: el signo puede ser relativamente motivado.
Así veinte es inmotivado, pero diecinueve no lo es en mismo grado, porque evoca los términos de que se compone y otros que le están asociados, por ejemplo diez, nueve, veintinueve, diez y ocho, diez mil, etc. [2ª P.; cap. VI; §3;  163-4]

[La lengua como sistema de valores]

Valor y significación

 El valor de una palabra no estará fijado mientras nos limitemos a consignar que se puede "trocar" por tal o cual concepto, es decir. que tiene tal o cual significación; hace falta además compararla con los valores similares, con las otras palabras que se le pueden oponer. Su contenido no está verdaderamente determinado más que por el concurso de lo que existe fuera de ella. Como la palabra forma parte de un sistema, está revestida no sólo de una significación, sino también, y sobre todo, de un valor, lo cual es cosa muy diferente.
Algunos ejemplos mostrarán que es así como efectivamente sucede. El español carnero o el francés mouton pueden tener la misma significación que el inglés sheep, pero no el mismo valor, y eso por varias razones, en particular porque al hablar de una porción de comida ya cocinada y servida a la mesa, el inglés dice mutton y no sheep. La diferencia de valor entre sheep y mouton o carnero consiste en que sheep tiene junto a sí un segundo término, lo cual no sucede con la palabra francesa ni con la española.
Dentro de una misma lengua, todas las palabras que expresan ideas vecinas se limitan recíprocamente (...). Así el valor de todo término está determinado por lo que lo rodea. [2ª P.; cap. IV; § 2; p. 145]

Valor y significante

Si la parte conceptual del valor esta constituída únicamente por sus conexiones y diferencias con los otros términos de la lengua, otro tanta se puede decir de su parte material. Lo que importa en la palabra no es el sonido por sí mismo, sino las diferencias fónicas que permiten distinguir esas palabras de todas las demás, pues ellas son las que llevan la significación.
Quizá esto sorprenda, pero en verdad ¿dónde habría la posibilidad de lo contrario? Puesto que no hay imagen vocal que responda mejor que otra a lo que se le encomienda expresar, es evidente, hasta a priori, que nunca podrá un fragmento de lengua estar fundado, en último análisis, en otra cosa que en su no coincidencia con el resto. Arbitrario y diferencial son dos cualidades correlativas." [2ª P.; cap. IV; § 3;  p. 148]

La lengua como sistema de relaciones opositivas

 En la lengua no hay más que diferencias. Todavía más: una diferencia supone, en general, términos positivos entre los cuales se establece; pero en la lengua sólo hay diferencias sin términos po­sitivos. Ya se considere el significante, ya el significado, la lengua no comporta ni ideas ni sonidos pre­existentes al sistema lingüístico, sino solamente diferencias conceptuales y diferencias fónicas resultan­tes de ese sistema. Lo que de idea o de materia fónica hay en un signo importa menos que lo que hay a su alrededor en los otros signos. La prueba está en que el valor de un término puede modificarse sin to­car ni a su sentido ni a su sonido, con sólo el hecho de que tal otro término vecino haya sufrido una modificación.  [2ª P.; cap. IV; § 4; pp. 150-151)

Relaciones sintagmáticas

    En el discurso, las palabras contraen entre sí, en virtud de su encadenamiento, relaciones fundadas en el carácter lineal de la lengua, que excluye la posibilidad de pronunciar dos elementos a la vez. Los elementos se alinean uno tras otro en la cadena del habla. Estas combinaciones que se apoyan en la extensión se pueden llamar sintagmas. (...) La oración es el tipo de sintagma por excelencia. Pero la oración pertenece al habla, no a la lengua; ¿no se sigue de ahí que el sintagma pertenece al habla?. No lo creemos así. Lo propio del habla es la libertad de combinaciones; hay, pues, que preguntarse si todos los sintagmas son igualmente libres.
    Hay que atribuir a la lengua, no al habla, todos los tipos de sintagmas construidos sobre formas regulares. En efecto, como nada hay de abstracto en la lengua, esos tipos sólo existen cuando la lengua ha registrado un número suficientemente grande de sus especímenes. Es lo que pasa con las oraciones y grupos de palabras establecidas sobre patrones regulares; combinaciones como la tierra gira, ¿qué te ha dicho?, responden a tipos generales que a su vez tienen su base en la lengua en forma de recuerdos concretos.
    Pero hay que reconocer que en el dominio del sintagma no hay límite señalado entre el hecho de lengua, testimonio del uso colectivo, y el hecho de habla, que depende de la libertad individual. [2ª P.; cap.V; §1-2; pp. 154-157]

Relaciones asociativas

Por otra parte, fuera del discurso, las palabras que ofrecen algo de común se asocian en la memoria, a así se forman grupos en el seno de los cuales reinan relaciones muy diversas. Así la palabra francesa enseignement hará surgir  inconscientemente en el espíritu un montón de otras palabras (enseigner, renseigner,etc. o bien  armement, changement, etc., o bien education, apprentisage); por un lado o por otro todas tienen algo de común.
Estas coordinaciones son de muy distinta especie que las primeras [las relaciones sintagmáticas]. Ya no se basan en la extensión; su sede está en el cerebro, y forman parte de ese tesoro interior que constituye la lengua de cada individuo. Las llamaremos relaciones asociativas.[ [2ª P.; cap.V; §1; 154-155]

LINGÜÍSTICA ESTRUCTURAL (Selección de textos)

Concepto de lingüística estructural [Hjelmslev; L. (1948): "La lingüística estructural", en Ensayos lingüísitcos]

    Entendemos por lingüística estructural un conjunto de investigaciones que descansan sobre la hipótesis de que es científicamente legítimo describir el lenguaje como si fuera esencialmente una entidad autónoma de dependencias internas o en una palabra, una estructura
    (...)Ante todo, la hipótesis pretende que se conciba el lenguaje esencialmente como una entidad. En esto se opone a toda hipótesis que quisiera concebir el lenguaje esencialmente como un conglomerado o conjunto fortuito de elementos heterogéneos. (...)
    Luego, se concibe la entidad como algo esencialmente autónomo. Aquí nuestra hipótesis se opone a cualquier otra cosa que considere el lenguaje esencialmente en función de otra cosa. (...) Propone una lingüística inmanente.
    Finalmente, la hipótesis pide que se considere esta entidad autónoma como constituida esencialmente por dependencias internas. Sostiene que el análisis de esta entidad permite detectar constantemente partes que se condicionan recíprocamente y cada una de las cuales depende de otras y no sería concebible ni definible sin ellas.


Sincronía - diacronía [Tesis del Círculo de Praga (1929) presentadas  en el 1º Congreso Internacional de Eslavistas]

La mejor manera de conocer la esencia y el carácter de una lengua es el análisis sincrónico de los hechos actuales que por sí solos ofrecen datos completos, y de los que se puede tener un sentimiento directo.  (...) Debe considerarse igualmente la concepción de la lengua como sistema funcional en el estudio de estados lingüísticos pasados, tanto si se trata de reconstruirlos como de constatar su evolución. No se pueden poner barreras infranqueables entre los métodos sintónico y diacrónico, como hace la escuela de Ginebra. Si en lingüística sincrónica se consideran los elementos del sistema de la lengua desde el punto de vista de sus funciones, no se pueden juzgar tampoco los cambios sufridos por la lengua sin tener en cuenta el sistema que se halla afectado por dichos cambios. Los cambios lingüísticos apuntan a menudo al sistema, a su estabilización o a su reconstrucción, etc. De este modo, el estudio diacrónico no sólo no excluye en absoluto las nociones de sistema y de función, sino que, por el contrario, de no tener en cuenta tales nociones, resulta incompleto.
Por otro lado, la descripción sincrónica tampoco puede excluir la noción de evolución, ya que incluso en un corte considerado sincrónicamente existe la conciencia del estado en formación; los elementos lingüísticos percibidos como arcaísmos y, en segundo lugar, la distinción entre formas productivas y no productivas son hechos de diacronía que no se pueden eliminar de la lingüística sincrónica.


Sistema, norma y habla [Coseriu (1952): "Sistema, norma y habla", en Teoría del lenguaje y lingüística general]

El hablar concreto puede considerarse en su realidad inmediata como acto lingüístico o como suma de actos lingüísticos registrados. (..) Sobre la base del mismo hablar concreto, única realidad investigable del lenguaje, han de elaborarse los conceptos de norma y sistema. En efecto, los actos lingüísticos son actos de creación inédita, pero son al mismo tiempo —por la mismo condición esencial del lenguaje, que es la comunicación—, actos de re-creación. O sea que el individuo crea su expresión en una lengua, habla una lengua, realiza moldes, estructuras, de la lengua de su comunidad. En un primer grado de formalización, esas estructuras son simplemente normales y tradicionales en la comunidad, constituyen lo que llamamos norma; pero, en un plano de abstracción más alt, se desprenden de ellas mismas una serie de propiedades esenciales e indispensables, de oposiciones funcionales: lo que llamamos sistema.
Las lenguas se extienden, no sólo en la comunidad y en el espacio, sino también en el tiempo: se trata de un concepto histórico (cf. "la lengua española desde los orígenes hasta nuestros días"), mientras que sistema y norma son conceptos estructurales y, por eso mismo, sincrónicos; es decir que la lengua es continuidad, mientras que el sistema y la norma son estaticidad: se trata de conceptos que se refieren al "ser" y no al "devenir"

Esquema, norma y uso [Hjelmslev (1943): "Lengua y habla", en Ensayos lingüísticos ]

<La lengua> cabe entenderla:


a) como una forma pura, definida con independencia de su realización social y de su manifestación material
b) como una forma material, definida por una realización social dada pero con independencia aún del detalle de la manifestación
c) como un simple conjunto de hábitos adoptados en una sociedad dada y definidos mediante las manifetaciones observadas.


    Elegiremos unos nombres con los que designar estas tres acepciones: a) esquema, es decir, lengua forma pura; b) norma, es decir, lengua forma material; c) uso, es decir, el conjunto de hábitos
    (...) De las tres acepciones, la que concibe la lengua como esquema es la más próxima al sentido que asignamos habitualmente a esta palabra cuando se trata , en la práctica, de identificar una lengua (...) Sólo ella despoja a la lengua de todo carácter material y sirve para separar lo esencial de lo accesorio (...) Finalmente, esta acepción está tras lamáxima fundamental según la cual la lengua es una forma, no una sustancia.


Arbitrariedad del signo lingüístico (crítica)
 [BENVENISTE, E.(1939): "Naturaleza del signo lingüístico", Problemas de lingüística general ]


    El razonamiento de Saussure está falseado por el recurso inconsciente a un tercer término, que no estaba incluido en la definición inicial. Este tercer término es la cosa misma, la realidad. (...) Cuando habla de la diferencia entre [böf] y [oks], se refiere a su pesar al hecho de que estos dos términos se aplican a la misma realidad.(...) Sólo si pensamos en el animal "buey" en su particularidad concreta, podemos juzgar arbitraria la relación de [böf] por un lado y [oks] por otro con una misma realidad.(...)
Entre significante y significado, el lazo no es arbitrario; al contrario, es necesario. El concepto ("significado") "buey" es a la fuerza idéntico en mi conciencia al conjunto fónico ("significante") [böf]. ¿Cómo podría ser de otro modo? Los dos juntos han sido impresos en mi espíritu; juntos se evocan en toda circunstancia.


Doble articulación [A. MARTINET (1960): Elementos de lingüística general, ]

    La primera articulación del lenguaje es aquella con arreglo a la cual todo hecho de experiencia que se vaya a transmitir se analiza en una sucesión de unidades, dotadas cada una de una forma vocal y de un sentido.
    Cada una de las unidades de la primera articulación presenta un sentido y una forma vocal (o fónica). Pero no puede ser analizada en unidades sucesivas más pequeñas dotadas de sentido. (...) Pero la forma vocal es analizable en una sucesión de unidades cada una de las cuales contribuye a distinguirla de otras unidades. Esto es lo que se designará como la segunda articulación del lenguaje.
    (...) Las unidades que ofrece la primera articulación, con su significado y su significante, son signos, mejor dicho, signos mínimos, pues ninguno de ellos podría ser analizado en una sucesión de signos. No existe un término universalmente admitido para designar estas unidades. Emplearemos aquí el de monema. (...) el significante está compuesto de unidades de la segunda articulación. Estas últimas son llamadas fonemas. [p. 20-23]


Forma y substancia [HJELMSLEV (1943): Prolegómenos a una teoría del lenguaje ]

Las cadenas jeg véd det ikke (danés), I do not know (inglés), je ne sais pas (francés), en tiedä (finés), naluvara (esquimal), a pesar de todas sus diferencias tienen un factor en común: el sentido, el pensamiento mismo. Este sentido, así considerado, existe porvisionalmente como una masa amorfa, como entidad sin analizar que se define sólo por sus funciones externas <...> En cada una de las lenguas consideradas ha de ser analizado de modo diferente, hecho éste que sólo puede interpretarse como indicativo de que el sentido se ha ordenado, articulado, conformado de distinto modo en las distintas lenguas  


 <....

jeg
véd
Det
ikke

I
do
not
know

Je
ne
sais
pas

e-n
tiedä

naluvara
yo
sé 
Lo
no

yo
aux
no
saber

yo
no
neg

neg-1ºsg
saber

neg-conocer-prog-1sg-3sg
                                                                                                                                              ...>


<...> Reconocemos por tanto en el contenido lingüístico una forma específica, la forma del contenido, que es independiente del sentido y que mantiene una relación arbitraria con el mismo al que da forma en una substancia del contenido. (pp. 77-79)


El análisis estructural [HJELMSLEV (1943): Prolegómenos a una teoría del lenguaje ]

Tanto el objeto sometido a examen como sus partes tienen existencia sólo en virtud de las dependencias: la totalidad del objeto sometido a examen puede sólo definirse por la suma total de las mismas; y cada una de sus partes puede sólo definirse por las dependencias que la unen a otras partes coordinadas, al conjunto y a sus partes del grado próximo, y por la suma de dependencias que estas partes del grado próximo contraen entre sí. Reconocido esto, resulta que los ‘objetos’ del realismo ingenuo son tan sólo, desde nuestro punto de vista, intgersecciones de grupos de tales dependencias. Es decir, únicamente pueden describirse con su ayuda y ser definidos científicamente de este modo.  (p. 41)

Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas [HJELMSLEV (1943): Prolegómenos a una teoría del lenguaje ]

<Una distinción importante > es la que existe entre la función “tanto...como” y la función “o...o”. Esto es lo que entraña la distinción entre proceso y sistema: en el proceso, en el texto existe una relación “tanto ... como”, una coexistencia entre los funtivos intervinientes; en el sistema existe una relación “o...o”, una alternancia entre los funtivos. Considérese el ejemplo (grafémico)

                                                     cal
                                                     son

Intercambiando la c y la s, la a y la o, la e y la n respectivamente, obtenemos palabras diferentes: cal, can, col, con, son, sol, san, sal. Cada una de estas entidades es una cadena que entra en el proceso (texto) lingüístico; por otra parte, c y s juntas, a y o juntas,y l y n juntas forman un paradigma, que entra en el sistema lingüístico. (pp. 58-59).


Relaciones sintagmáticas [G. ROJO (1983): "Sobre las relaciones sintagmáticas", en Homenaje a Lázaro Carreter]

La paradigmáticas y las sintagmáticas son dos clases de relaciones lingüísticas, las dos clases generales de relaciones lingüísticas. Toda relación detectada ha de ser adscrita a una de esas dos categorías. (...)
Las relaciones sintagmáticas pueden ser lineales o no-lineales. De otra parte, en sintaxis es necesario distinguir, como mínimo, las siguientes subclases de relaciones sintagmáticas: secuenciales (situación de un elemento con respecto a otros), constitutivas, conectivas (coordinación, subordinación, interordinación) y funcionales. Las secuenciales y las conectivas son relaciones sintagmáticas lineales. Las constitutivas y las funcionales, que establecen un vínculo entre parte y todo, son sintagmáticas no-lineales. [p 542]







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