Whorf Sapir
Sapir y Whorf, cada uno por su lado e influyéndose mutuamente, alegaban que no solamente cada lengua tiene su propia organización gramatical, sino que cada lengua organiza el conocimiento acerca del mundo de una manera absolutamente incomparable. No solamente difícil de comparar desde el punto de vista analítico o formal, sino conceptualmente incomparable. Ellos decían que cada cultura organiza el mundo en función de sus categorías lingüísticas, y en la medida en que estas organizaciones o categorías lingüísticas difieren, difieren también las concepciones del mundo que articulan el conjunto de la cultura. Sapir, siguiendo a Boas, aseguraba que las diferentes culturas (en razón de sus idiosincrasias lingüísticas) viven en diferentes mundos, y no en el mismo mundo rotulado de distinta manera.
Sapir y Whorf, cada uno por su lado e influyéndose mutuamente, alegaban que no solamente cada lengua tiene su propia organización gramatical, sino que cada lengua organiza el conocimiento acerca del mundo de una manera absolutamente incomparable. No solamente difícil de comparar desde el punto de vista analítico o formal, sino conceptualmente incomparable. Ellos decían que cada cultura organiza el mundo en función de sus categorías lingüísticas, y en la medida en que estas organizaciones o categorías lingüísticas difieren, difieren también las concepciones del mundo que articulan el conjunto de la cultura. Sapir, siguiendo a Boas, aseguraba que las diferentes culturas (en razón de sus idiosincrasias lingüísticas) viven en diferentes mundos, y no en el mismo mundo rotulado de distinta manera.
Uno de los corolarios de esta postura es que la traducción de las lenguas es prácticamente imposible, y en consecuencia también es imposible la comprensión o la explicación de una cultura en términos que no sean emergentes de la lengua que la articula, que la vertebra o que la ordena. No solamente entonces las lenguas son incomparables e intraducibles, sino que hasta cierto punto las culturas también lo son. Esto lleva bastante lejos el principio boasiano del particularismo cultural.
Para comprender cabalmente una cultura, entonces, hay que hablar la lengua que la organiza, hay que ser prácticamente un actor nativo, hay que ser literalmente miembro de esa cultura. Un antropólogo munido de categorías analíticas elaboradas en la tradición académica de occidente, no podría describir una cultura de manera correcta y mucho menos explicarla, según estos autores.
Vemos en principio que ellos identifican lenguaje con pensamiento, y el pensamiento con lo que es la cultura. Mientras que para algunos antropólogos la cultura es un conjunto de elementos que incluye instituciones, técnicas y recursos materiales, que tiene que ver con el ámbito ecológico, que a su vez incluye tecnologías, para los autores que estamos viendo la cultura se restringe a lo expresable a través de una lengua que no se puede traducir. Estos autores son alumnos de Boas, están estrechamente relacionados con él, como mentor o como líder de todo este movimiento particularista e idealista que, con variadas renovaciones, dura hasta la actualidad.
ELEMENTOS DE LINGUISTICA Y SEMIOTICA
Prof. Carlos Reynoso
2007
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