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domingo, 7 de noviembre de 2010

Conceptos Generales



OBJETO DE LA LINGÜÍSTICA

  La lingüística tiene un doble objeto de estudio:

-       es ciencia del lenguaje,
-       es ciencia de las lenguas.

EL LENGUAJE  (Diccionario de filosofía. Ferrater Mora. Tomo II, pág. 31. Edit. Sudamericana).

  Los presocráticos y muchos pensadores griegos equipararon de algún modo “Lenguaje” y “Razón”. Ser un “ser racional” significaba ser un ente capaz de hablar y al hablar, reflejar el universo. Con lo cual el universo podía hablar de sí mismo a través del hombre.
  El lenguaje es o un momento del logos  o el logos mismo.
  Heráclito y Parménides, tan distintos uno del otro, coincidían en que el lenguaje es un aspecto de la realidad: la realidad hablante. El lenguaje es el lenguaje del ser.
  Los sofistas examinaron el lenguaje desde el punto de vista gramatical como retórico y “humano”. Examinaron en qué medida y hasta qué punto los nombras del lenguaje son o no convencionales. La mayoría propugnaba una doctrina convencionalista del lenguaje y de los nombres. Los nombres son convenciones establecidas por los hombres con el fin de “entenderse”.
  Cratilo, en el diálogo de Platón, defiende la doctrina de que los nombres están naturalmente relacionados con las cosas. Hermógenes, su interlocutor, de que los nombres son convenciones.
  Con respecto a Aristóteles, ver más adelante “Gramática especulativa”.
  Durante la Edad Media las cuestiones relativas al lenguaje fueron tratadas dentro de las investigaciones lógicas, sobre todo en la doctrina de los universales y, sobre todo, de la gramática especulativa y los modi significantdi. En esta época hubo numerosas investigaciones sobre el lenguaje, pero no hubo una filosofía del lenguaje.
  En la Edad Media hubo dos actitudes respecto al lenguaje: una actitud de confianza en el lenguaje (y en su poder lógico) y una actitud de desconfianza hacia el lenguaje. La primera está representada por los racionalistas y la otra por los empiristas.
  Para los empiristas el lenguaje es fundamental para el pensamiento pero al cual hay que someterlo a crítica, pues no porque haya una expresión en el lenguaje, hay una realidad designada por ese término o expresión.
  Para los románticos el lenguaje había que estudiarlo desde el modo o modos en que surgen en una sociedad a lo largo de la historia, pues es uno de los elementos constitutivos de la realidad social e histórica humana y no sólo como un tema de investigación gramatical, semiótica o lógica (Herder, Vico).
  En el siglo XX se considera la crítica del lenguaje, el análisis del lenguaje, como la ocupación principal, sino la única, de la filosofía.

LA GRAMÁTICA ESPECULATIVA (idem. Tomo I, pág. 775)

  Desde la antigüedad (sofistas, Platón en el Cratilo, etc.) los filósofos se han cuestionado sobre asuntos gramaticales.
  En Aristóteles (Categoriae) es difícil ver la línea divisoria entre lo gramatical y lo lógico, o entre cualquiera de los anteriores y lo ontológico. Las categorías aristotélicas aparecen como modos de articular la realidad y modos de clasificar términos en el lenguaje.
  La gramática especulativa nace con Pedro de Helia (Siglo XII). Utilizó en sus escritos las obras de Aristóteles fundiendo los motivos gramaticales con los motivos lógicos.
  Por ser el centro de su estudio los modi significandi se llamó a sus seguidores los modisti. Los modi significandi se distinguían de los modi essendi, objeto de la metafísica, y de los modi intelligendi, objeto de la lógica.
Estos trabajos fueron aumentando con el correr de los tiempos pero su finalidad no era siempre clara, aunque se orientaban con mucha frecuencia hacia un análisis racional del lenguaje, y en general, de todo sistema de signos.
  En el Siglo XVIII era muy común investigar la cuestión de la estructura general de los lenguajes. Era también muy común suponer que todos los lenguajes poseen una lógica común (que es la gramática universal o gramática filosófica) y que esta lógica común, debidamente purificada, es equivalente a la ciencia en tanto que lenguaje bien hecho.
  La gramática (como gramática universal equivalente a la gramática especulativa) puede ser considerada como una ciencia normativa de todos los lenguajes y medios de expresión.
  En la gramática especulativa, los modos pueden ser:

Modi significandi, por ejemplo, el nombre. Corresponde a la semántica actual o semiótica.
Modi intelligendi, o modos de conocer. Corresponde a la lógica.
Modi essendi, o modos de ser. Corresponde a la ontología.

  EL DESCRIPTIVISMO (idem. Tomo I, pág. 425)

  Se describe lo que no puede definirse, agotando en la descripción todas las notas esenciales.
  Junto con la definición, la demostración y la explicación, la descripción es una operación cognitiva.
  La descripción es la pura y simple indicación de lo que aparece en una cosa, de las notas que por sí mismas se revelan de algo. La descripción necesita una enumeración ideal completa.
  Hay ciencias que no son reductibles a una explicación mecánica, como la historia, o las llamadas ciencias del espíritu. De ahí que se hable de ciencias descriptivas opuestas a las ciencias explicativas, como la física. La diferencia fundamental entre ambas ciencias es que las ciencias explicativas intentan saber algo mientras que las ciencias descriptivas intentas saber acerca de algo.

EL FUNCIONALISMO (idem. Tomo I, pág. 731)

  De un modo muy general ha sido utilizado el término función por varios filósofos para expresar el modo de comportarse una realidad o haces de relaciones.
  Función, para muchos, se opone a sustancia. Para otros, la función es el fundamento de la sustancia y viceversa. Así, la función puede ser considerada como función de una sustancia.
  Muy frecuente ha sido en la época moderna la tendencia hacia lo que puede calificarse de primado de la función sobre la sustancia. Se ha hablado de un funcionalismo, enemigo del sustancialismo, y paralelo a la afirmación del primado de lo dinámico sobre lo estático y del devenir sobre el ser.
  Lo característico de estas tendencias ha sido el considerar que un conjunto dado está constituido no por cosas (sustancias en general), sino por funciones, de tal modo que toda realidad es definida por la función que ejerce.

EL FORMALISMO (idem. Tomo I, pág. 719)

  Se da el nombre de formalismo a cierta dirección de la estética y de la crítica literaria en la que sus teóricos afirman que la comprensión de la obra de arte no requiere el auxilio de la psicología, de la sociología, de la historia, y de ninguna ciencia que se refiera al artista mismo, al contemplador o a la situación social o histórica de ambos. La obra de arte es un lenguaje que posee su propia autonomía y que puede examinarse internamente.
  En un principio se atuvieron sólo a las relaciones sintácticas, pero en una segunda etapa se interesaron cada vez más por los aspectos semánticos. Al pasar de la dimensión sintáctica a la semántica los formalistas descubrieron que lo característico del lenguaje artístico no es su ausencia de significado, sino la multiplicidad  de ellos. (Ver “Obra literaria”).
  El marxismo ha combatido el formalismo artístico al cual opusieron el realismo social, porque, para ellos, el formalismo caracteriza la cultura occidental y burguesa y es el resultado de una desvitalización que se opone a considerar la realidad social a la luz del desenmascaramiento ideológico propugnado por el marxismo.

OBRA LITERARIA (idem. Tomo II, pág. 315)

  La obra literaria puede examinarse desde diversos puntos de vista. Pero principalmente de dos: el antropológico y el lingüístico.
   Desde el punto de vista lingüístico, hay dos orientaciones: el lenguaje llamado cognoscitivo, propio de la obra científica, y el lenguaje llamado emotivo, propio de la obra literaria o artística. He aquí sus diferencias:
1)    El lenguaje cognoscitivo, es llamado  también: indicativo, enunciativo, referencial y hasta simbólico. El lenguaje emotivo es llamado también: evocativo, lírico o poético. El lenguaje cognoscitivo tiene una función informativa, el emotivo una función expresiva.
2)    En el lenguaje cognoscitivo la forma puede ser separada del contenido, mientras que en el lenguaje emotivo forma y contenido son lo mismo.
3)    El lenguaje cognoscitivo es reversible, el lenguaje emotivo es irreversible.
4)    El lenguaje cognoscitivo enuncia de algo si existe o no o se es o no de un cierto modo y por eso sus enunciados son verdaderos o falsos. En el lenguaje emotivo es indiferente la verdad o la falsedad.
5)    El lenguaje cognoscitivo es un lenguaje abierto, susceptible de rectificación, de acuerdo con las observaciones. El lenguaje emotivo es un lenguaje cerrado: la obra de arte es inmodificable y forma un universo aparte una vez terminada.

  Puesto que el lenguaje poético es acabado en sí mismo, su estudio consiste esencialmente en el análisis de sus estructuras fácticas (Pius Servien). Según esta posición, el lenguaje poético debería ser estudiado como si sus expresiones carecieran de significación y, por lo tanto, de dimensión semántica. Pero se ha advertido que la dimensión semántica no solamente no puede ser eliminada de la poesía, sino que constituye su característica más destacada. Esto quiere decir que una expresión poética en vez de no decir nada dice, por el contrario, muchas cosas.
  Esto es, fundamentalmente porque el lenguaje poético es primordialmente implícito en tanto que el lenguaje científico es explícito. (Ver “Formalismo”).

LA PRAGMÁTICA (idem. Pág. 463)

  La pragmática consiste en el estudio de la relación existente entre los signos y los sujetos que usan los signos.
  Morris la define como “aquella parte de la semiótica que trata del origen, usos y efectos producidos por los signos en la conducta dentro de la cual aparecen”. Es una concepción behaviorista de la pragmática.
  Según Martin, hay distintos niveles de pragmática:

1.     el estudio de ciertas relaciones entre la expresión de un lenguaje y quienes lo usan (relaciones como aceptación, aserto, formulación y creencia);
2.     el estudio que tiene en cuenta las acciones y la conducta de quienes usan los signos como respuesta a estímulos lingüísticos;
3.     el estudio que tiene en cuenta varias características sociales del lenguaje.

LOS ACTOS DE HABLA (idem. Tomo I. pág. 505)

  El término performative se traduce por ejecutivo, y el término performative utterances por expresiones ejecutivas.
  Austin distingue entre ejecutivo y constativo.
  Las expresiones cosntativas hacen constar algo determinado, que puede ser verdadero o falso.
  Las expresiones ejecutivas se caracterizan porque las personas que las usan hacen algo (ejecutan algo) al usarlas en vez de decir meramente algo. Por ejemplo:

expresión ejecutiva: “Me disculpo”. “Te bautizo con el nombre de…” “Lo prometo”, que pueden ser verdaderas o falsas.
Estas expresiones requieren para ser aceptadas como tales el pronunciarse dentro de ciertas circunstancias y convenciones. Las expresiones ejecutivas pueden ser “felices” o “infelices”, dependiendo de si se cumplen las condiciones antes mencionadas.
Otras expresiones ejecutivas son las de modo impersonal en las que ese anuncia o se prohíbe  algo. Por ejemplo:

“Se prohíbe arrojar papeles”, es ejecutivo porque la expresión es a la vez ejecución del acto de prohibición.
  Las expresiones constativas pueden ser verdaderas o falsas.
  Acto elocucionario es la ejecución de un acto al decir algo, en contraste con la ejecución del acto de decir algo. Por ejemplo:

-          Acto elocucionario: “Arguyo que…”
-          Acto locucionario: “Dijo que…”
-          Acto perlocucionario: “Me convenció de que…”

  Austin se ha ocupado de:

1.     la dimensión de “felicidad-infelicidad”.
2.     una fuerza elocucionaria.
3.     la dimensión de verdad-falsedad.
4.     un significado locucionario (significación y denotación).

LA SEMIÓTICA (idem. Tomo II. Pág. 637)

  En la antigüedad el término designaba la parte de la medicina que interpretaba los signos de las enfermedades (sintomatología, diagnóstico y terapéutica).
  Actualmente, semiótica designa la ciencia general de los signos.
  Morris considera que hay dos tipos de semiótica: la mentalista (psicológica), según la cual el intérprete del signo es el espíritu y el interpretante es un concepto; y la conductista, según la cual el intérprete es un organismo y el interpretante es una secuencia conductista (beheviorista).
  La semiótica se divide en tres partes:

1.     la sintaxis, que se ocupa de los signos con independencia de lo que designan y significan. Es el estudio de las relaciones de los signos entre sí.
2.     la semántica, que se ocupa de los signos en relación con los objetos designados.
3.     la pragmática, que se ocupa de los signos en su relación con los sujetos que los usan.

  Esta división se explica porque los metalenguajes tienen tres dimensiones: la sintáctica, la semántica y la pragmática.
  La separación entre semántica y pragmática no está bien definida.
  Se distinguen, también, dos semióticas:
1.     la semiótica lógica,
2.     la semiótica no lógica, o estética.

EL SIGNO:

  La palabra signo proviene del griego   shmeion, que significa señal (verbal) que representa algo (o que está en lugar de algo).
  Símbolo es una clase de signo. Los símbolos son signos no naturales. Tienen un carácter social, colectivo (por ejemplo: una bandera nacional).
  En cuanto al término señal, es sinónimo de signo.
  Según Carnap, hay tres tipos de signos:

1.     signos índices: tienen una conexión causal. Por ejemplo: el humo como signo de fuego.
2.     signos icónicos: similidad del signo con lo significado. Por ejemplo: una fotografía.
3.     símbolos: la coordinación del signo con el objeto es convencional. Por ejemplo: La lengua.

LA SEMÁNTICA:

  Según Tarski, la semántica es una disciplina que trata de ciertas relaciones entre las expresiones de un lenguaje y los objetos a los cuales se refieren tales expresiones. Como la semiótica es un metalenguaje, es una de las dimensiones de la semiótica.

METALENGUAJE (idem. Tomo II. Pág. 193)

  Hay que distinguir entre el lenguaje dado y el lenguaje de este lenguaje.
  El lenguaje dado es el llamado lenguaje objeto. El lenguaje del objeto lenguaje es llamado metalenguaje.
  El metalenguaje es el lenguaje en el cual se habla de un objeto lenguaje. El objeto lenguaje es el lenguaje acerca del cual habla el metalenguaje.
  El objeto lenguaje es inferior al metalenguaje en cuanto a la posición de un lenguaje. Por ejemplo:

“Los cuerpos se atraen en razón directa de sus masas e inversa al cuadrado de las distancias”, es verdadero.
“Los cuerpos se atraen en razón directa de sus masas e inversa al cuadrado de las distancias” es una expresión que pertenece al objeto lenguaje de la física, y “es verdadero”, es una expresión que pertenece al metalenguaje del objeto lenguaje de la física. (Porque, en las ciencias, todo enunciado es verdadero o falso).

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